TURBULENCIA EN LAS CRIPTO MONEDAS.

Por Paula Jimena Soto Cruz
Estudiante de la UVM Campus Querétaro
Esta semana el mercado de criptomonedas experimentó una serie de turbulencias debido a la fluctuación de su valor al ritmo de la especulación. El bitcóin se hundió a más de la mitad desde el máximo histórico de los 64.854 dólares, registrado en abril, a unos 30.000 dólares, un declive de 29.8% después de que el presidente del Comité de Estabilidad Financiera y Desarrollo de China, Liu He, afirmara que Pekín contrarrestará activamente la producción de la moneda digital, es decir, prohibiría a los establecimientos financieros y plataformas de pagos realizar transacciones con criptomonedas. El Banco Popular de China advirtió que las monedas virtuales infringen la seguridad de la propiedad de las personas y perturba el orden económico mundial, son fáciles de manipular, su precio no está respaldado por un valor real y, además, los contratos comerciales no están protegidos por la legislación china.
Por otro lado, el gigante asiático se motivó a desarrollar su propia moneda digital. El yuan digital podrá ser utilizada para pagos transfronterizos, esto despertara el interes si recordamos que China es el socio comercial del mundo. Es programable y rastreable, lo que otorga al Gobierno chino un gran control sobre la economía. Sin embargo los ciudadanos podrían no estar convencidos debido a que la gran ventaja y comodidad del anonimato que ofrece el dinero digital aunque las autorizades han distribuido millones de yuanes digitales en varias ciudades del país con el objetivo de probar su nuevo método de pago, el cual ya está siendo aceptado en diversas plataformas de comercio.
Además, este 12 de mayo el empresario Elon Musk pasó de ser el héroe del bitcóin, anunciando la compra de Bitcoins por valor de 1,500 millones de dólares y la intención de comenzar a aceptar el pago de vehículos con esta criptomoneda, lo que para muchos inversores era la prueba definitiva de que el mercado tradicional empezaba a considerar esta moneda como un vehículo de inversión estable; a ser parte de su hundimiento descartandolos como método de pago (aunque no planea vender la considerable cantidad de la que Testla es propietaria) debido al dado el alto coste medioambiental que supone la «minería» de bitcoin.
El consumo anual de electricidad que consume bitcoin es de 113,89 teravatios por hora en el proceso de minar la criptomoneda, utilizando gigantescos servidores que no cesan de trabajar, consume mucha energía. Sin embargo hay quienes acusan a Musk de manipular el precio de estas divisas con la utilización de Twitter, para enriquecerse utilizando la ecología como excusa ya que la cifra del consumo de energía de bitcoin es dos veces menor que la energía total consumida por el sistema bancario, que asciende a unos 263,72 TWh por año a nivel mundial y la energía de la industria del oro asciende a aproximadamente 240,61 TWh por año, según las estimaciones de las emisiones totales de gases de efecto invernadero de la industria del oro proporcionadas en el informe del World Gold Council.
Estas acciones también han arrastrado a otras divisas como Ripple, Ethereum o Dogecoin, algunos inversores institucionales parecen estar alejándose de bitcóin y volviendo al oro tradicional y multimillonarios de criptodivisas perdieron hasta el 45% de su fortuna en nueve días ante el desplome del bitcoin.
Recordemos que en febrero el bitcóin estaba rompiendo récord alcanzando un máximo histórico en su cotización; en el marco de esta caída, el bitcóin ya perdió todo lo que ganó desde que la compañía Tesla invirtiera en él 1,500 millones de dólares el pasado 8 de febrero, una ejemplificación de cuan volátil puede ser un mercado que establece sus propias reglas de mercado como el digital.