Guerrero

Incurre el diputado de MORENA, Alfredo Sánchez Esquivel en presuntos actos corrupción.

Chilpancingo, Gro., Además de “blindar” los accesos al Congreso local, “la casa del pueblo”, el presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), Alfredo Sánchez Esquivel, avaló presuntas irregularidades de Cristóbal Soto Cabrera, encargado de la Secretaría de Servicios Financieros y Administrativos.

Documentos oficiales ponen en duda la transparencia, rendición de cuentas y la “austeridad republicana” que pregona el también coordinador del Grupo Parlamentario de Morena del Poder Legislativo local.

Sánchez Esquivel avaló 21 contratos de bienes y servicios que ejecutó su administrador, en un solo día: el 28 de septiembre del 2021, pese a que son de giros distintos. Todos fueron autorizados mediante adjudicación directa en beneficio de cinco personas, pero ocultó el nombre de las empresas, sus propietarios y lugar de origen.

Especialistas en materia de fiscalización advirtieron que la citada omisión constituye una grave irregularidad administrativa, además de que no existe sustento de facturación por los servicios contratados.

Soto Cabrera gastó 127 mil 600 pesos por el suministro de bolardos, macetas de fibra de vidrio, pinos y plantas, a través del contrato CEG-L XIII-SSFA-007-2021, del cual se ocultó la razón social de la empresa y de su propietario.

A pesar de la bandera de la “austeridad” y con el aval de Alfredo Sánchez Esquive, Soto gastó 26 mil 680 pesos en la contratación de servicios para la conservación y mantenimiento de jardines de la sede legislativa.

De acuerdo con fuentes consultadas, Sánchez Esquivel también le autorizó a su administrador la colocación de micrófonos en oficinas del Poder Legislativo, de tal manera que incurren en “espionaje” de todos los diputados.

Pero también han sido detectados artefactos inhibidores de la señal de telefonía celular, sin que hasta el momento expliquen las razones. “Hay sistemas de ruido blanco para que no puedan grabar sus conversaciones”, reveló la fuente.

Desde que Alfredo Sánchez Esquivel asumió la presidente de la Junta de Coordinación Política, ha invertido decenas de millones de pesos del erario público en el “blindaje” de la sede legislativa, sin que hasta el momento rinda cuentas.

A través Cristóbal Soto, ordenó la colocación de vidrios “blindados” de nivel 5, es decir, el de máxima seguridad, en la fachada de acceso al Recinto Legislativo, además de cortinas de acero en los ventanales de los cubículos del primer nivel del edificio central, donde los diputados tienen sus oficinas.

A diferencia del resto de contratos consultados, ninguno de ellos sustenta el gasto millonario que ejerció Sánchez Esquivel en la colocación de blindaje nivel 5 en los accesos a la sede del Poder Legislativo. Diputados de varios grupos parlamentarios ignoran a cuánto asciende el monto ejercido en la “seguridad” del edificio.

A finales del 2021, Alfredo Sánchez Esquivel, admitió, sin rubor, que se desplaza a bordo de una camioneta blindada, lo que contraviene el principio de austeridad y ética moral que ha mandatado el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y la gobernadora Evelyn Salgado Pineda.

Se trata de una camioneta de lujo de color blanco, de la marca Jeep, tipo Grand Cherokee.

¿Quién es Cristóbal Soto Cabrera?

El “encargado” de la Secretaría de Servicios Financieros y Administrativos del Congreso local es “ingeniero agrónomo”, egresado de la Universidad Autónoma de Chapingo, ubicada en Texcoco, Estado de México.

Además de construir una íntima amistad, fue en esa institución educativa donde Soto Cabrera fungía como jefe jerárquico de Alfredo Sánchez Esquivel, quien se desempeñaba como subdirector de Servicios Generales.

El perfil profesional de Soto Cabrera es lejano al manejo financiero y de la administración pública.